Sabino es la propuesta de Pablo Castañeda Amutioque que llega desde la ciudad de Guadalajara y a la que él mismo ha denominado como Sab-Hop. Sabino empezó a hacer música en 2010, quería hacer rock pero poco a poco se fue inclinando por las rimas y el beat.

El fracaso haciendo rock, el trabajo grabando bodas, el destino que condujo al Sab-hop, el estilo nacido fuera de la ortodoxia, las críticas y prejuicios, todo hasta llegar a consolidar una relación artista-fans orgánica. Ambos se nutren, ambos se cumplen, y ambos parecen estar íntimamente conectados por la ligereza y la manera de abordar conceptos en la música de Pablo Castañeda. Eso y no otra cosa, es lo que hace de su mito particular algo que, además de causar curiosidad e interés para las personas poco asiduas a las rimas en acción, es digno de ser contado en miles de millones de textos y videos.
Sin duda algo que destaca son sus letras, ya que además de echarse unas buenas rimas, son bastante honestas y a veces sarcásticas. Cuando las escuchas te identificas con varias de las situaciones que describe: desde la clásica canción sobre la peda, el fumarse un cigarro, o lo guapa que la parece una chica, hasta su relación con su madre, sus hermanos y cómo fue crecer juntos.

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